Nada más lejos de mi intención y de mi capacidad que intentar remedar a Zola (ni a otro personaje, que da grima sus auto-alabanzas) pero hoy he de decir, escribir mejor dicho, que yo acuso (me).
Yo me acuso de querer trabajar, yo me acuso de cobrar 900 euros, yo me acuso de que por mi codicia (monetaria)miles de empresarios lo estén pasando “francamente” mal, yo me acuso por desear tener un lugar donde vivir (ni siquiera quiero ser su propietario), yo me acuso de querer que nadie pase penurias, ni hambre, que el Estado llegue donde no hay nada que perder, yo me acuso de pedir una jornada digna de trabajo, de ser solidario, yo me acuso de intentar respetar al adversario, al discrepante, de exigir unos políticos que se preocupen por sus administrados y no solo de sus partidos, yo me acuso de la indigencia moral y ética que padecemos en este país, yo me acuso de recriminar a los que imponen sus creencias, o sus ideas, sus fobias o filias, yo me acuso de no tragar ruedas de molinos, de querer preservar la tierra, de no aguantar a los hipócritas, de no bailar el agua a los poderosos, yo me acuso de no haberme enriquecido con la especulación y ahora exigir que pague el débil los platos rotos…
Yo me acuso de no tragar a determinados personajes (como el personaje de la foto), tan pagados con su propio ego que sus palabras son un vomito en la conciencia de cualquier persona medianamente normal.